martes, 27 de mayo de 2008

Carta de la Conferencia Episcopal de Turquía en ocasión del Año Paulino 2008-2009 (extracto)

Queridos hermanos y hermanas:

“Gracia y paz de parte de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo”. Los saludamos con este augurio que el apóstol Pablo dirigía a los cristianos de la Iglesia de Roma. Como saben, el Santo Padre Benedicto XVI ha anunciado que del 28 de junio de 2008 hasta el 29 de junio de 2009 la Iglesia Católica celebrará el bimilenario del nacimiento de San Pablo.
Este acontecimiento involucra a todas las comunidades cristianas ya que Pablo es maestro para todos los discípulos de Cristo, pero involucra particularmente a nosotros que vivimos en Turquía: el apóstol de las gentes es hijo de esta tierra y en ella ha querido desarrollar en modo particular su ministerio.
Aquí recorrió, en menos de treinta años, la mayor parte de las 10.000 millas de viajes. Sobre todo aquí experimentó hostilidad, peligros mortales, cárceles, golpes, privaciones de todo tipo con tal de anunciar a Jesucristo y a su evangelio.
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miércoles, 21 de mayo de 2008

Pablo

Tu cabeza dió tres saltos y tres fuentes

renacieron en lo hondo de aquel suelo
y la espada más veráz y más doliente
abrió un surco de verdad, de luz, de fuego.

Gran converso en el sendero de Damasco,
perseguías a Jesús y su Camino
y el caballo enceguecido en ese atasco
te tiró cambiando tierra por destino.

"Soy Jesús el nazareno a quien persigues,
y sabrás que en el dolor serás mi amigo
y dejando para siempre lo que sigues
serás trueno, grito, lámpara y testigo".

P. Jorge Amado

martes, 20 de mayo de 2008

San Pablo y el amor (Corintios 13, 1-13)

Tú lo decías San Pablo
cuando hablabas del amor,
que debemos ser pacientes
y amar con el corazón.
Perdonar hasta el cansancio
sin irritarnos jamás.
Soportar todo lo malo,
perseverando en lo bueno,
porque si no nuestro amor
no es un amor verdadero.
Y si no hay un buen amor,
en la vida no hay sentido
y aunque tuviéramos Fe
tendremos todo perdido.
¿Podrás decirnos San Pablo,
como hacemos en la tierra
para vivir con ese amor
y evitar todas las guerras?
Yo te ruego San Pablo,
nos ayudes a entender
que esta vida sin amor
no se puede sostener.

Elsa Lorences de Llaneza
elsalorences@yahoo.com.ar

lunes, 19 de mayo de 2008

Oración

Oh Dios ayúdame

a hacer realidad en mi vida
el amor que San Pablo predica:
El amor es paciente
y yo soy tan altiva.
El amor es servicial
y quiero ser servida.
El amor no es envidioso
y a veces tengo envidia.
El amor no hace alarde
y mi boca se olvida.
El amor no se envanece
y me amo sin medida.
El amor no procede con bajeza
No busca su propio interés,
no se irrita.
Sin embargo me altero
y mi interés domina.
Y a veces causo heridas.
El amor no tiene en cuenta
el mal recibido
y en mí hay una larga lista.
No se alegra de la injusticia
sino que se regocija de la verdad
y a veces no tengo piedad
y actúo con malicia.
El amor todo lo disculpa,
todo lo cree,todo lo espera,
todo lo soporta.
¿Por qué entonces Señor
me cuesta perdonar,
me he vuelto descreída
y no sé soportar?
Por eso a Ti hoy acudo
para implorarte ayuda:
dame el amar que pides
y un alma limpia y pura.

Elsa Tébere

Himno a San Pablo

Hay un santo entre los santos

después de María
que siguió mejor a Cristo
de noche y de día.

Abarcó todo el cosmos
con su mensaje,
se hizo a todos los pueblos
con tal de salvarles.

No tuvo miedo a la muerte
ni a los desprecios,
surcó caminos y mares
anunciando el evangelio.

Adonde él iba
fundaba comunidades
que mantenían
la antorcha encendida
para iluminar más ciudades.

Sufrió persecuciones
torturas, naufragios, privaciones
fue apedreado e incomprendido
pero no se detenía
por amor a Cristo.

De su prédica incansable
el mundo entero bebió
nos liberó de las esclavitudes
y el hombre nuevo surgió.

Apóstol de los apóstoles,
santo hombre de Dios,
hoy la Iglesia te agradece
tanta entrega de amor.

P. Hernán Pérez Etchepare, ssp

San Pablo, enséñame

San Pablo enseña que debemos estar
“vivos para Dios en unión con Cristo Jesús”.
Que tenga una vida nueva, interior, que es la mejor vida.
Es el mismo Cristo quien vive en nosotros.
San Pablo murió del todo en la hora de Damasco;
pero en el bautismo se levantó
como otro hombre: un nuevo Cristo.
Que me alimente de Cristo
nutriendo de él mi mente.
Que alimente de él mi voluntad.
Que alimente de él mi corazón.
Que conserve el espíritu de mi vida cristiana
como Pablo le pedía a Timoteo:
Alejado del mal y perseverando en el bien.
Vivir para Dios, para la Iglesia, para los demás:
“Te recuerdo el deber de reavivar el don
que Dios te otorgó cuando impuse mis manos sobre ti”.
“Yo, prisionero por amor del Señor,
los exhorto a que lleven una vida en consonancia
con la vocación que han recibido.
Sean humildes, amables, comprensivos”.

P. Fernando Teseyra, ssp
fernandoteseyra@yahoo.com.ar

Señor, quiero ser como San Pablo

Señor, esta es mi vocación:

Llamado a predicar con la voz y con la escritura;
siempre y en todo el mundo,
“a todas las naciones”,
con los medios más poderosos,
los que mejor responden a las necesidades de hoy.
Me siento llamado, como Pablo,
a ser apóstol de Jesucristo,
predicador del evangelio,
dispensador de los misterios de Dios.
Concédeme, Señor, ser apóstol como Pablo:
Él creía, haciendo conocer a los creyentes
la gloria y la riqueza que encierra
el plan de salvación para todas las naciones.
Él amaba, siendo apóstol por designio de Jesucristo,
tratando de adaptarse a todos,
gastándose y desgastándose por el evangelio.
Él obraba por su misión agotándose por todo el mundo.
Hermoso y grande es consumarse
así entre los hombres por tan altos ideales.

P. Fernando Teseyra, ssp

martes, 13 de mayo de 2008

Pablo: el Apóstol nº 13 de Jesús

¿Por qué se celebran eventos y personas?

Es totalmente normal que las instituciones civiles, culturales y religiosas, celebren las fechas aniversarias de sus fundaciones y de las personalidades que en ellas se han distinguido a través del tiempo. La Iglesia no va a la zaga en esto, pues en su historia milenaria hay mucho que celebrar. Se cumplen así diversas finalidades, sobre todo, la de recordar eventos (casi un desafío al reloj y a la memoria), y personalidades, echándolas a andar entre nosotros, “como si estuvieran vivos hoy”, rescatando su legado al servicio de las nuevas generaciones. No es poco si pensamos en el deterioro que ha sufrido la “memoria histórica”, desde que tecnologías siempre más sofisticadas “graban” y guardan vidas y pensamiento, dejando a años luces los esfuerzos mnemónicos de nuestra niñez.

Pablo de Tarso y la Internet sumergida.

El 2008 es el turno de un personaje importante, muy controvertido y poco “popular”: Pablo de Tarso, perseguidor de Jesús y luego su más grande misionero, el apóstol número 13. Y esto va a ser en grande desde que el papa Benedicto XVI tomó la iniciativa y anunció solemnemente su fecha: del 28 de junio 2008 al 29 de junio de 2009. ¿Motivo? Celebrar los dos mil años de su nacimiento. Los medios, una vez tanto, han segundado el anuncio, dándole un gran relieve. Debido también a su alcance “ecuménico”, pues, san Pablo goza de mucha estimación en las confesiones cristianas no católicas. Pero, una vez más, Internet les ha ganado la mano, almacenando aproximadamente unas 210.000 paginas, conservando así viva la noticia para lectores, investigadores y personas que tan sólo quieren informarse.

Qué nos puede decir hoy.

Pablo vivió en tiempos de globalización - la romana, muy parecida a la nuestra -, y en ella puso a prueba su existencia privilegiada: judío de raza y religión, de cultura griega y ciudadano romano. Una vez convertido a Cristo, supo aprovechar con éxito esta situación, como él mismo lo consigna en una de sus cartas: “Me he hecho griego con los griegos, judío con los judíos, todo para todos con tal de atraer a algunos a Cristo”. Su preocupación: inculturar el Evangelio en el inmenso imperio romano, poniendo al centro de su predicación la persona de Cristo. De verdad podía afirmar enfático: “Para mí la vida es Cristo”. Fue su gran novedad. Pero no todos lo comprendieron y así se transformó en el hombre más perseguido de su tiempo. Los judíos lo consideraban un renegado, pues al anunciar a Cristo como único salvador, le endilgaban que rechazaba la Ley de Moisés. Para los griegos – cultos, dedicados a interminables discusiones sobre los dioses - era uno de los tantos charlatanes que llegaban a Atenas; y los romanos lo vigilaban como a un peligroso perturbador del orden público. Llegó un momento que esta situación se hizo insostenible y le costó la vida, en Roma, donde fue ajusticiado, en la localidad de las “Tres Fuentes”, el año 67 d. C. La Iglesia, desde entonces, lo venera, junto a san Pedro, como fundador de la cristiandad occidental.

Un film Pablo que nunca se rodó.

Pablo por su vida venturosa, su inmensa actividad misionera y sus escritos, ejerció siempre una gran fascinación sobre la gente culta, - escritores, pintores, artistas, cineastas - incluso de otros credos. Un botón de muestra: su impacto en el famoso cineasta Pier Paolo Pasolini (1922-1975), que en 1968, el año de la revolución juvenil, se entregó de lleno a preparar un film sobre la vida del Apóstol. Su radio de acción ya no sería la Palestina de su tiempo, sino que actuaría en las sedes actuales del poder, de la riqueza y de las culturas: Paris, New York, Roma, Londres… En este proyecto, Pasolini se encontró con el padre Santiago Alberione (1884-1971), fundador de la Sociedad de san Pablo, deseoso también de llevar a las multitudes la vida y el mensaje de un “Pablo vivo hoy”. En la película, Pablo resultaría ser un guerrillero… ante litteram más que un apóstol y el proyecto fracasó. De todos modos, quedó como una generosa y atrevida tentativa de llevar a las masas la vida y el pensamiento del mayor comunicador del Evangelio de Jesús.

¡Si me falta el amor, no me sirve de nada!

En su convocación, Benedicto XVI indica algunas de las actividades para vivir con provecho este año: peregrinaciones, celebraciones litúrgicas, culturales, congresos de estudio, y exhorta a dar a este año una particular “dimensión ecuménica” que apunte a la unidad de los cristianos. Con todo, creo que lo sustantivo lo sugiere el mismo Pablo: “¡Sobre todo el amor!”. Con la persona de Cristo, exitosa novedad de Pablo fue poner en el centro de su mensaje: el AMOR, como lo atestigua el “Himno” de 1ª Corintios, capítulo 13. Pablo se estremecía entero, cuando hablaba o escribía de eso, convencido como estaba que el amor al otro, a los otros, al prójimo es lo sustantivo del mensaje cristiano: con el amor todo, sin el amor nada. Y no paraba en generalidades, sino que menudeaba: el amor es paciente, benévolo, servicial, sincero, humilde, es tolerante. no es envidioso, se alegra del bien. Con gran acierto, Internet ha hospedado este “Himno al amor” con más de 2000 páginas, pues, ese mensaje puede humanizar y cambiar al mundo. Con esta esperanza se lo comunicamos a nuestros lectores: que sea para ellos el fruto más sazonado del año jubilar paulino.

Benito Spoletini, ssp
domingos@arnet.com.ar

El miedo a la muerte

¿Por qué el miedo a la muerte,
si es consecuencia de vida?
Ya San Pablo lo decía:
“Para mí la vida es Cristo
y la ganancia, la muerte”.
¿Por qué no creerle a Pablo,
Santo bien esclarecido,
de Jesús su seguidor,
su discípulo, su amigo?
Si la muerte es la ganancia,
¿Por qué llorar al que muere
si va a nacer a otra vida,
como Dios lo prometió?
¿Que no lo vamos a ver?
Por un tiempo nada más
y luego nos reuniremos
y viviremos en paz.
No le tengamos más miedo.
Vivamos sin el temor.
Disfrutemos de esta vida,
que en la otra… ¡Espera Dios!



Elsa Lorences de Llaneza
elsalorences@yahoo.com.ar

Oración

Dice San Pablo:
¿Qué tienes que no lo
hayas recibido?
¿Y si lo has recibido de Dios
porqué te glorías como
si fuera tuyo?
O Señor, que poca cosa
soy sin Ti.
Y más poca cosa,
si no agradezco
que te hayas fijado en mí.
Ayúdame Señor,
a entregar todo lo que recibí
para tu Gloria, Padre.
A los que me rodean,
tu alegría.
A los pobres y enfermos,
mi caridad y mi paciencia.
A Ti Dios, mi vida.
Ayúdame a darme cuenta,
que mi felicidad está
en dar, no en recibir.
Porque lo que me has dado
gratuitamente,
debo donarlo gratuitamente,
para la salvación de mi alma,
y el perdón de mis pecados.
AMÉN


Elsa Lorences de Llaneza

lunes, 5 de mayo de 2008

La Conversión de San Pablo

Es en Jerusalén donde Saulo aparece por primera vez en público, como un testigo de la lapidación de Esteban. Tras su muerte se desata la persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Saulo asume inmediatamente un papel muy activo en la lucha contra el grupo de los nazarenos, a los que, sin duda, consideraba como un peligro para la identidad e integridad del judaísmo. “Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas, se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la cárcel” (He 8,3).
Él mismo da cuenta de ello en la carta a los Gálatas: “Ya estáis enterados de mi conducta anterior en el judaísmo, cuan encarnizadamente perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba, y cómo sobrepasaba en el judaísmo a muchos de mis contemporáneos, superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres” (Ga 1,13-14).
El mismo Pablo habrá de recordar muchas veces aquel celo que lo llevaba a perseguir a los seguidores de Jesús: 1 Co 15,9; Ga 1,13; Flp 3,6. Evidentemente, su fama se debió de extender muy pronto entre las pequeñas comunidades de nazarenos. Su solo nombre evocaba la persecución. Saulo parecía inflexible.
Hasta el día en el que cambió bruscamente el curso de su vida. O tal vez no se trató de un cambio tan brusco. Nadie cambia tan radicalmente en un instante. Seguramente el espíritu de Jesús venía transformando lentamente su corazón.
El relato de su conversión nos hace pensar que para Saulo fue determinante descubrir una triple identidad. El Dios que hablaba en la luz a los profetas se identificaba ahora con Jesús de Nazaret.
Es preciso leer el relato de aquel acontecimiento (He 9,1-30), que habría de ser tan importante para la historia del cristianismo. Como se puede observar, el relato parece articularse en tres partes, en las que se describen la conversión de Saulo, su encuentro con la comunidad y el inicio de su apostolado.
En la carta a los Gálatas, el mismo Saulo, ya conocido como Pablo, trazará en breves líneas un resumen de los movimientos que habrían de seguir a aquel momento decisivo de su vida (Ga 1,15-24).