sábado, 6 de diciembre de 2008

De Saulo perseguidor a Pablo evangelizador

Recopilaciones sobre San Pablo


En la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma. el 28 de junio del 2008 Benedicto XVI proclamo el año jubilar dedicado al Apóstol San Pablo del 28 de junio del 2008 al 29 de junio del 2009,al celebrarse los 2000 años del nacimiento del Apóstol. Es el tiempo de San Pablo, es la hora de San Pablo, del gran protagonista del nacimiento del cristianismo. Pablo, nombre romano que significa pequeño, poco, oculta en realidad al hebreo Saulo, que significa invocado, llamado. Pablo era un judío laico y su modo de relación con Dios tuvo un lugar muy importante en su proceso de conversión.

Pablo es considerado por muchos cristianos como el discípulo más importante de Jesús, a pesar de que nunca llegó a conocerlo, y después de Jesús y María la persona más importante del cristianismo.

Nació en Tarso en la costa sur de Asia Menor, la actual Turquía, y dicha ciudad concedía la ciudadanía romana pese a ser hijo de judíos. Era un centro importante de cultura y comercio y poseía un puerto muy activo.

Desde el siglo VI antes de Cristo hubo mucha emigración de judíos fuera de Palestina. En casi todas las ciudades del Imperio Romano habían barrios judíos, cada uno con su sinagoga y organización comunitaria, constituían así la llamada diáspora o dispersión y Pablo era uno de ellos, que aprendió el griego y de la Biblia en lengua griega, lo que lo hacia instruido y ello le daba la posibilidad de hablar, participar e instruir. Al ser Jerusalén el centro espiritual de todos los judíos, se entiende como Pablo nacido en Tarso, creció en Jerusalén. Nacido en el seno de una familia judía se crió en las exigencias de la Ley de Dios y de las tradiciones Paternas(Gál 1, 14). Los judíos de la diáspora era judíos practicante, su mayor preocupación era la observancia de la Ley de Dios, y en ese ambiente protegido y rígido, creció Pablo.

Además de la formación básica en Tarso recibió una formación superior en Jerusalén, estudió a los pies de Gamaliel (Hechos 22,3), se formó en la tradición de los fariseos (Filp 3, 5, Hech 26, 5), la lectura de la Biblia era el eje de la formación.

Mientras Pablo estudiaba en Jerusalén, vivía en Nazareth otro joven llamado Jesús, pero este era pobre y no tuvo posibilidades de estudiar allí, pues para sobrevivir trabajaba en el campo y en la carpintería de su padre, Pablo y Jesús al parecer nunca se encontraron durante la vida. Jesús era entre 5 y 8 años mayor que Pablo, los dos debieron recibir la misma formación básica en casa, en la sinagoga y en la escuela anexa a la sinagoga. Pablo era de la ciudad, Jesús del campo, del interior, de ahí que las comparaciones de Jesús son casi todas del mundo rural: simiente, campos, flores, las de Pablo vienen del ambiente de la gran ciudad que marcó su vida. Tenia cualidades de líder, fue testigo oficial de la ejecución de Esteban(Hech 7,58), fue emisario del Sanedrín para Damasco(Hech 9, 2-22). Tenía ante sí un futuro prometedor y la posibilidad de una carrera brillante, pero la entrada de Jesús en su vida modificó esa situación ventajosa. Lo que era ganancia se volvió pérdida (Filip 3,7), por Cristo perdió todo, el mismo dirá más tarde”Por su causa perdí todo, y considero todo como basura a fin de ganar a Cristo y estar con él (Filip 3,8)”.

Pablo tenia 28 años de edad, poseía poder y prestigio en nombre del Sanedrín, dirigía la persecución contra los cristianos, su actividad persecutoria se extendía de Jerusalén a Damasco, y después de dedicarse a “perseguir sobremanera” y a “asolar las comunidades cristianas”, según sus propias palabras en Gálatas 1 y Filipenses 2, 6, se convirtió para ser el principal difusor del cristianismo.

Mientras realizaba este camino aparece una luz, Pablo cae y oye una voz”Saulo, Saulo ¿Por qué me persigues?(Hech 9,4). Dios no pidió permiso, entró sin más y lo derribó. No hay caballo en la historia de la conversión de Pablo, solo hay una caída mucho más violenta que caer de un caballo, y una luz lo envolvió, luz tan fuerte que quedó ciego tres
días sin comer ni beber (Hech 9,8-9) Son tres días de oscuridad y de muerte que anteceden a la resurrección, y Dios mayor que la ruptura le dio la continuidad y tuvo la certeza de que Dios lo acogía y le justificaba, ya no consigue confiar en aquello que el hace por Dios, sino lo que Dios hace por él, ya no coloca su seguridad en la observancia de la Ley sino en el Amor de Dios por él(Gál 2,20-21, Rom 3, 21-24, significó un cambio profundo pero no una mudanza o cambio de Dios, continuó fiel a su Dios y también a su pueblo, al volverse cristiano, no estaba dejando de ser judío. al contrario se volvía mas judío que antes y fue la voluntad de ser fiel a las esperanzas de su pueblo lo que lo llevó a acepta a Jesús como Mesías. Antes Pablo se consideraba el dueño de su vida, ahora experimenta lo contrario, “otro” es quien manda en él durante las 24 horas del día, el ciudadano romano, el hombre libre, se dice y se hace esclavo de Cristo (Rom 1, 1) (Gál 1,10, Pablo ya no se pertenece.

Cuando Pablo tenia 28años fue Dios quien intervino y lo arrancó del mundo en que vivía. Ahora a los 41 años la comunidad es la que interviene y lo manda salir del lugar que vive para andar por el mundo y ser portavoz del Evangelio. Aquella decisión de la comunidad cambio el rumbo de la Iglesia para siempre, cambió también el destino de Pablo y lo lanzó al centro de los conflictos que marcarán el resto de su vida.

Pablo viajaba con amigos, no sólo por seguridad personal, sino también por la necesidad que sentía de la comunidad, incluso al viajar, pues no anunciaba la “Buena Nueva” en su nombre sino en el de la comunidad que lo delegaba para ello (Hech 13, 1-3, Gál 2, 9. Ellos le ayudaban a superar las crisis y a vencer las dificultades. Algunos de ellos eran, Bernabé el amigo de la primera hora, Lidia, la coordinadora de la comunidad de Filipos, el matrimonio Priscila y Aquila, matrimonio judeo cristiano que fue expulsado de Roma acogiendo a Pablo durante un año y medio en Corinto compartiendo el trabajo de la fabricación de carpas y el trabajo misionero.

Hay un proceso de maduración en la misión de Pablo y toda la Iglesia, le llevó diez años para descubrir la misión universal que excedía los límites del judaísmo. Al sentir el rechazo doloroso de los judíos, era la señal de que había otra gente que estaba esperando la palabra de Dios, y así la Iglesia va madurando la misión, se va teniendo más luz sobre las Escrituras.

El contacto con las comunidades es a través de las cartas, casi siempre las escribe junto con sus compañeros de misión, ellos aparecen a su lado en el saludo inicial y los recuerdos finales, parece ser que discutían entre sí el asunto antes de escribir.

Cada uno de sus viajes parte de Jerusalén y termina allí, el objetivo de la acción misionera es llegar hasta el fin del mundo(Hech 1, 8) es decir a toda la humanidad. En ese sentido Pablo puede ser en la actualidad un modelo para todo evangelizador, por lo cual este año puede ser muy provechoso y enriquecedor para los cristianos.

En el primer viaje no se queda mucho tiempo en el mismo lugar, va pasando de ciudad en ciudad, en el segundo ya permanece más tiempo en el mismo lugar, un año y seis meses en Corinto(Hech 18,11), en el tercer viaje ocurre lo contrario que en el primero, se va derecho a Efeso (Hech 19,1 8-10) y allí se fija por tres años (Hech 20,31), a continuación tres meses en Corinto (Hech 20,3), al final ya es otro el método de irradiar el evangelio a partir de un lugar central, mientras que los viajes sirven para visitar y confirmar a las comunidades ya existentes.

Lo que más impresiona en los tres viajes son las dificultades que surgen sobre la marcha, las comunidades nacen en medio de muchas tensiones, conflictos y persecuciones.

La oración anima y acompaña a la misión, es durante una celebración donde nace la idea del viaje misionero. El Espíritu Santo provoca la iniciativa, inspira la dirección verdadera, anima a Pablo para el anuncio, la misma frecuencia y naturalidad de su acción, se encuentra en las cartas. Sus epístolas nos hacen conocer, más aún tocar en vivo al Apóstol, con su carácter y temperamento, su vigor y su dinamismo, sus geniales intuiciones doctrinales, y sobre todo la profundidad de su vida espiritual, centrada en Cristo Jesús.

Pablo se gloriaba de no aceptar pago por su trabajo en la comunidad, quería anuncia gratis el Evangelio, nunca aceptó limosna ni ayuda, a no ser de una única comunidad; de Filipo (Filp 4, 15-16, 2 Cor 11, 9).

Trabajar con las propias manos, en vez de ser una señal de esclavitud y un motivo de vergüenza, pasa a ser fuente de vida honrada. Fue exactamente en este punto del trabajo con sus propias manos donde Pablo recibió los mayores ataques de los otros misioneros. Su sensibilidad humana y social es muy grande y así está luchando por una nueva evangelización.

En Antioquía se los llamó cristianos por primera vez, antes se les reconocía como judíos renovados, ahora empiezan a tener su identidad propia.

La predicación de Pablo les ofrecía exactamente lo que ellos buscaban; una convivencia comunitaria seria, con acceso directo al Dios de Abraham, a través de la fe en Jesús, sin la circuncisión y sin la observancia de las leyes y de las costumbres de la tradición de los antiguos.

La primera división del trabajo pastoral fue que Pedro y Santiago se quedaron
como responsables del trabajo entre los judíos y Pablo y Bernabé del trabajo entre los paganos.

Pablo tuvo que cavar muy hondo en su experiencia de Cristo para saber como reaccionar y qué tenía que decir para orientar al pueblo de las comunidades, ésta experiencia personal le ayudó en el discernimiento de los problemas y en la elaboración de las cartas.

La lucha sobre los hechos en la Carta a los Gálatas y una síntesis más reflexionada en la Carta a los Romanos, nos muestran a Pablo en el tercer período de su vida, creciendo interiormente y llegando a una gran madurez, a través de la vivencia de los conflictos.

Debió sufrir muchas persecuciones, desde el día de su conversión hasta el final de su vida.

Aunque pasó por muchas prisiones aún cuando estaba en la cárcel seguía libre: escribía cartas y anunciaba el Evangelio “con firmeza y sin impedimento”( Hechos 28, 31). En nombre del mismo Evangelio, Pablo propone un nuevo tipo de convivencia en la que debe superarse toda relación de dominación que provenga de la religión (judío-griega) o de clase (libre-esclavo). De sexo (varón-mujer), o de raza (griega-bárbaro). En la raíz del evangelio está la convicción de que la otra cara del amor a Dios es el amor al prójimo.

La conversión de Pablo continúa y se perfecciona, y según sus propias palabras”Cuando me siento débil es cuando soy fuerte”(2 Cor 12, 10) procuraba mostrar como todo tomaba un sentido nuevo a partir de Jesús, vivo en la comunidad (Hech. 17,2-11 y l8,28). Para Pablo la ventana del texto del Antiguo Testamento era un espejo que hablaba de Cristo.

Su conciencia en paz con Dios lo ayudaba a seguir adelante, vivir con alegría y comunicar ternura.

En medio delos problemas del día a día se encarnan y se mezclan la locura de la cruz y la esperanza de la Resurrección.

A través de la creación de las iglesias domésticas Pablo abrió el espacio para que las mujeres pudieran ejercer la función de coordinadoras en las comunidades. Pablo tuvo el coraje de transgredir la costumbre de su propio pueblo y permitió que el grupo de mujeres de Filipo formase una comunidad.

En el momento de escribir la Carta a los Corintios, Pablo no era casado (1 Cor 7,15-16). No lo sabemos pero no estaba contra el matrimonio, y si bien había en aquel tiempo una teoría que prohibía el matrimonio, él reaccionó con fuerza y la condenó como doctrina demoníaca (1 Tim 4, 1), como hipocresía de mentirosos (1 Tim 4, 2) y como fábulas profanas de viejos(1 Tim. 4, 7). Aún sin estar casado, defendía el derecho a tener una compañera. Pablo no quiere enseñar que el varón es superior a la mujer, sino que quiere que , durante la fase de instrucción inicial, los responsables de la enseñanza en la comunidad, tengan la procedencia sobre los alumnos, sobre todo en aquella época de tantas doctrinas variadas y extrañas (1 Tim 2, 11-12) y supone como la cosa más normal que una mujer reciba instrucción y que para llegar a una posición de liderazgo en la comunidad, cosa que no era tan común en la época. Percibía muy claramente la importancia de la participación de la mujer en la misión evangelizadora de las comunidades. El acompañamiento de Pablo hacia ellas se realizaba por el contacto personal, a través de mensajeros y coordinadores, por la red de contactos entre las comunidades, a través de las cartas para animar, orientar y criticar. La razón de sus viajes era visitar, animar y confirmar a los hermanos. Había una comunicación intensa entre las comunidades, por ejemplo, Pablo nunca había estado en Roma, pero conocía mucha gente de allá (Rom 16, 1-16), su contacto con las personas era muy envolvente, en las cartas aparenta más severidad que en la realidad (2 Cor 10, 10).Sabía ser afable y acogedor, cultivaba la amistad, recordaba a las personas y mandaba saludos en las cartas.

En las comunidades fundadas por Pablo, lo que más llama la atención, es la explosión de vida nueva que se manifiesta de muchas maneras: dones, carismas, servicios, señales, milagros, oraciones, lectura de la Biblia,
celebraciones, reuniones, alegría, coraje, anuncio, caminata, lucha, martirio. Es la fuerza de la resurrección invadiendo el mundo a través del testimonio de las comunidades, del ejercicio del amor fraterno:, la caridad y el testimonio, pues la fraternidad es el rostro humano del amor de Dios. En los comienzos de la Iglesia no había mucha organización, ni era necesaria pues la gente era poca, pero la difusión de las comunidades en la periferia de las grandes ciudades, exigía más organización, bajo el riesgo de perder su propia identidad, la organización fue necesaria a partir de las necesidades y se inspiraba en la traición secular de los judíos y Pablo era su principal promotor.

Anima a la comunidad la fe en la resurrección como fuerza liberadora.

En el paso del primero al segundo período, a los 28 años, fue Dios quien tomó la iniciativa y lo derrumbó a la entrada de Damasco. En el paso del segundo para el tercer período, a los 41 años de edad, fue la comunidad quien tomó la iniciativa y lo envió para la misión. En el paso del tercero al último período de su vida, a los 53 años de edad, quienes tomaron la iniciativa fueron sus enemigos, Pablo es tomado preso en la plaza del templo, víctima de una conspiración y acusado de se un dirigente de la secta de los nazarenos (Hech 2, 5).

La predicación de Pablo pasó de una religión de un pueblo determinado a una religión abierta a toda la humanidad.

Una muerte y un nuevo nacimiento, tanto del pueblo de Dios como del mismo Pablo, las comunidades por él fundadas eran el nuevo modo de ser pueblo de Dios, la transición del antiguo modo al nuevo modo, fue un parto doloroso, y cuando Pablo fue tomado preso en la plaza del templo, esa transición estaba en plena efervescencia, la misma prisión fue una reacción de los conservadores contra el cambio, y nacer de nuevo asusta a quien tiene cierta edad (Juan 3, 4). Fue a través del contacto con los paganos que Pablo llegó a entender el alcance único de la misión del pueblo judío en el conjunto de la historia de la salvación de la humanidad diciendo: Que en Cristo Jesús los pueblos paganos tienen derecho a la herencia, que ya no están aparte, y que van a gozar de la promesa. Esta es la Buena Nueva de la que llegado a ser servidor sin mérito alguno mío, pues Dios me concedió esta gracia en el momento que su fuerza actuó en mí y sabemos que; “Aquel que resucitó a Jesús, nos resucitará también con Jesús” (2 Cor 4, 8-14).

Cuando Pablo es apresado nuevamente y se lo conduce a Roma, es el período de la persecución de Nerón. Pablo prevé su condena (2 Tim 4, 16) y siente el fin cerca. “Combatí un buen combate, terminé mi carrera, conservé la fe (2 Tim 4-7) y una certeza lo acompañó en la vida “sé en quien puse mi confianza” (2 Tim 1, 12) y “ Estoy convencido de que ni la muerte es capaz de separarnos del amor de Dios que se manifestó en Cristo Jesús (Rom 8, 38-39). No se sabe como fue la última prisión de Pablo, ni cómo fue el juzgamiento, la condena y la muerte. La tradición conserva en la historia que fue condenado a morir por la espalda, fuera de los muros de la ciudad de Roma, en un lugar llamado “Tree Fontane” y cuenta la tradición que cortada por la espada, la cabeza de Pablo rodó, saltó tres veces y se detuvo, y en el lugar donde saltó, surgieron tres fuentes “Tree Fontane”. La muerte por la espada fue el último conflicto que él enfrentó, tenía más o menos 62 años de edad, su vida fue intensa, dejó marcas en la historia de la humanidad. ¡Que el ardor y el espíritu misionero de San Pablo nos contagie en nuestra tarea evangelizadora!

Resumen realizado por:

Mariel Florentino, marielflorentino@hotmail.com

Bibliografía:
  • Boletín Informativo del M.C.C N 54 de la Arquidiócesis de Bs As.
  • Boletín Informativo N* 55 del M.C.C extractado del Mensaje del Episcopado venezolano sobre el Año Paulino.
  • Publicación del Secretariado del M.C.C N* 87(mayo-junio 2008) de la revista “Cursillos de Cristiandad”.
  • Apuntes tomados en el curso dictado por la teóloga Gloria Ladislao en la Editorial “San Pablo”.
  • Síntesis del libro “Pablo Apóstol” de Carlos Mesters de la colección Biblia 63.

martes, 2 de diciembre de 2008

VIII Encuentro de Iconografía Argentina

La Dirección General de Cultos, el Museo de Arte Popular José Hernández y la Editorial San Pablo tienen el agrado de invitar a usted a la inauguración del VIII Encuentro de Iconografía Argentina que se realizará el miércoles 17 de diciembre a las 19:00 hs.

La muestra permanecerá abierta hasta el 8 de febrero de 2009.

Horarios:
Miércoles a viernes
de 13:00 a 19:00 hs.
Sábados, domingos y feriados
de 10:00 a 20:00 hs.
Domingos gratis.

Encuentro Bíblico de Adviento

La Sociedad Bíblica Católica Internacional (SOBICAIN) tiene el agrado de invitarlo al Encuentro Bíblico de Adviento, que se llevará a cabo el día jueves 4 de diciembre de 17:00 a 19:00 hs.

La entrada es libre y gratuita, sujeta a la capacidad de la sala.

Riobamba 230, Ciudad de Buenos Aires
Tel.: (011) 5555-2447/48
Fax: (011) 5555-2425
cursosbiblicos@san-pablo.com.ar
sobicain@san-pablo.com.ar

lunes, 1 de diciembre de 2008

La Iglesia, fundamental en la enseñanza de san Pablo

Catequesis del Papa sobre san Pablo del miércoles 15 de octubre de 2008.

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis del pasado miércoles he hablado de la relación de Pablo con el Jesús pre-pascual en su vida terrena. La cuestión era: “¿Qué supo Pablo de la vida de Jesús, de sus palabras, de su pasión?”. Hoy quisiera hablar de la enseñanza de san Pablo sobre la Iglesia. Debemos empezar por la constatación de que esta palabra “Iglesia” en español, -como “Église” en francés o “Chiesa” en italiano- está tomada del griego “ekklēsía”. Procede del Antiguo Testamento y significa la asamblea del pueblo de Israel, convocada por Dios, y particularmente la asamblea ejemplar a los pies del Sinaí. Con esta palabra ahora se alude a la nueva comunidad de los creyentes en Cristo que se sienten asamblea de Dios, la nueva convocatoria de todos los pueblos por parte de Dios y ante él. El vocablo ekklēsía aparece sólo bajo la pluma de Pablo, que es el primer autor de un escrito cristiano. Esto sucede en el incipit de la primera Carta a los Tesalonicenses, donde Pablo se dirige textualmente “a la Iglesia de los Tesalonicenses” (cfr después también a la “Iglesia de los Laodicenses” en Col 4,16). En otras Cartas habla de la Iglesia de Dios que está en Corinto (1 Cor 1,2; 2 Cor 1,1), que está en Galacia (Gal 1,2 etc.) -Iglesias particulares, por tanto- pero dice también haber perseguido “a la Iglesia de Dios”, no a una determinada comunidad local, sino “la Iglesia de Dios”. Así vemos que esta palabra “Iglesia” tiene un significado pluridimensional: indica por una parte las asambleas de Dios en determinados lugares (una ciudad, un país, una casa), pero significa también toda la Iglesia en su conjunto. Y así vemos que “la Iglesia de Dios” no es sólo la suma de las distintas Iglesias locales, sino que éstas son a su vez realización de la única Iglesia de Dios. Todas juntas son la “Iglesia de Dios”, que precede a cada Iglesia local, y que se expresa y realiza en ellas.

Es importante observar que casi siempre la palabra “Iglesia” aparece con el añadido de la calificación “de Dios”: no es una asociación humana, nacida de ideas o intereses comunes, sino de una convocación de Dios. Él la ha convocado y por eso es una en todas sus realizaciones. La unidad de Dios crea la unidad de la Iglesia en todos los lugares donde se encuentra. Más tarde, en la Carta a los Efesios, Pablo elaborará abundantemente el concepto de unidad de la Iglesia, en continuidad con el concepto de Pueblo de Dios, Israel, considerado por los profetas como “esposa de Dios”, llamada a vivir una relación esponsal con él. Pablo presenta a la única Iglesia de Dios como “esposa de Cristo” en el amor, un solo espíritu con Cristo mismo. Es sabido que el joven Pablo había sido adversario enconado del nuevo movimiento constituido por la Iglesia de Cristo. Había sido su adversario, porque había visto amenazada en este nuevo movimiento la fidelidad a la tradición del pueblo de Dios, animado por la fe en el Dios único. Esta fidelidad se expresaba sobre todo en la circuncisión, en la observancia de las reglas de la pureza cultual, en la abstención de ciertos alimentos, en el respeto del sábado. Esta fidelidad los israelitas la habían pagado con la sangre de los mártires en el periodo de los Macabeos, cuando el régimen helenista quería obligar a todos los pueblos a conformarse a la única cultura helenista. Muchos israelitas habían defendido con su sangre la vocación propia de Israel. Los mártires habían pagado con la vida la identidad de su pueblo, que se expresaba mediante estos elementos. Tras el encuentro con Cristo resucitado, Pablo entendió que los cristianos no eran traidores; al contrario, en la nueva situación, el Dios de Israel, mediante Cristo, había extendido su llamada a todas las gentes, convirtiéndose en el Dios de todos los pueblos. De esta forma se realizaba la fidelidad al único Dios; ya no eran necesarios los signos distintivos constituidos por las normas y observancias particulares, porque todos estaban llamados, en su variedad, a formar parte del único pueblo de Dios en la “Iglesia de Dios”, en Cristo.

Una cosa fue clara para Pablo inmediatamente en la nueva situación: el valor fundamental y fundante de Cristo y de la “palabra” que él anunciaba. Pablo sabía que no sólo no se es cristiano por coerción, sino que en la configuración interna de la nueva comunidad, el componente institucional estaba inevitablemente ligado a la “palabra viva”, al anuncio del Cristo vivo en el cual Dios se abre a todos los pueblos y los une en un único pueblo de Dios. Es sintomático que Lucas, en los Hechos de los Apóstoles emplee muchas veces, incluso a propósito de Pablo, el sintagma “anunciar la palabra” (Hch 4,29.31; 8,25; 11,19; 13,46; 14,25; 16,6.32), con la evidente intención de evidenciar al máximo el alcance decisivo de la “palabra” del anuncio. En concreto, esta palabra está constituida por la cruz y la resurrección de Cristo, en la que han encontrado realización las Escrituras. El misterio pascual, que ha provocado el giro de su vida en el camino de Damasco, está obviamente en el centro de la predicación del Apóstol (cfr 1 Cor 2,2;15,14). Este Misterio, anunciado en la palabra, se realiza en los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía, y se hace realidad en la caridad cristiana. La obra evangelizadora de Pablo no tiene otro fin que implantar la comunidad de los creyentes en Cristo. Esta idea está dentro de la etimología misma del vocablo ekklēsía, que Pablo, y con él todo el cristianismo, prefirió al otro término, “sinagoga”, no sólo porque originalmente el primero es más “laico” (derivando de la praxis griega de la asamblea política y no propiamente religiosa), sino también porque implica directamente la idea más teológica de una llamada ab extra, no una simple reunión; los creyentes son llamados por Dios, quien les recoge en una comunidad, su Iglesia.

En esta línea podemos comprender también el original concepto, exclusivamente paulino, de la Iglesia como “Cuerpo de Cristo”. Al respecto, es oportuno tener presente las dos dimensiones de este concepto. Una es de carácter sociológico, según la cual el cuerpo está formado por sus componentes y no existiría sin ellos. Esta interpretación aparece en la Carta a los Romanos y en la Primera Carta a los Corintios, donde Pablo asume una imagen que existía ya en la sociología romana: él dice que un pueblo es como un cuerpo con distintos miembros, cada uno de los cuales tiene su función, pero todos, incluso los más pequeños y aparentemente insignificantes, son necesarios para que el cuerpo pueda vivir y realizar sus funciones. Oportunamente el Apóstol observa que en la Iglesia hay muchas vocaciones: profetas, apóstoles, maestros, personas sencillas, todos llamados a vivir cada día la caridad, todos necesarios para construir la unidad viviente de este organismo espiritual. La otra interpretación hace referencia al Cuerpo mismo de Cristo. Pablo sostiene que la Iglesia no es sólo un organismo, sino que se convierte realmente en Cuerpo de Cristo en el sacramento de la Eucaristía, donde todos recibimos su Cuerpo y llegamos a ser realmente su Cuerpo. Se realiza así el misterio esponsal, que todos son un solo cuerpo y un solo espíritu en Cristo. Así la realidad va mucho más allá de la imaginación sociológica, expresando su verdadera esencia profunda, es decir, la unidad de todos los bautizados en Cristo, considerados por el Apóstol “uno” en Cristo, conformados al sacramento de su Cuerpo.

Diciendo esto, Pablo muestra saber bien y nos da a entender que la Iglesia no es suya y no es nuestra: la Iglesia es el cuerpo de Cristo, es “Iglesia de Dios”, “campo de Dios”, edificación de Dios, ... “templo de Dios” (1Cor 3,9.16). Esta última designación es particularmente interesante, porque atribuye a un tejido de relaciones interpersonales un término que comúnmente servía para indicar un lugar físico, considerado sagrado. La relación entre Iglesia y templo asume por tanto dos dimensiones complementarias: por una parte, se aplica a la comunidad eclesial la característica de separación y pureza que tenía el edificio sagrado, pero por otra, se supera también el concepto de un espacio material, para transferir este valor a la realidad de una comunidad viva de fe. Si antes los templos se consideraban lugares de la presencia de Dios, ahora se sabe y se ve que Dios no habita en edificios hechos de piedra, sino que el lugar de la presencia de Dios en el mundo es la comunidad viva de los creyentes.

Un discurso aparte merecería la calificación de “pueblo de Dios”, que en Pablo se aplica sustancialmente al pueblo del Antiguo Testamento y después a los paganos, que eran “el no pueblo” y que se han convertido también en pueblo de Dios gracias a su inserción en Cristo mediante la palabra y el sacramento. Y un último esbozo. En la Carta a Timoteo Pablo califica a la Iglesia como “casa de Dios” (1 Tm 3,15); y esta es una definición realmente original, porque se refiere a la Iglesia como estructura comunitaria en la que se viven cálidas relaciones interpersonales de carácter familiar. El Apóstol nos ayuda a comprender cada vez más el misterio de la Iglesia en sus distintas dimensiones de asamblea de Dios en el mundo. Esta es la grandeza de la Iglesia y la grandeza de nuestra llamada: somos templo de Dios en el mundo, lugar donde Dios habita realmente, y somos, al mismo tiempo, comunidad, familia de Dios, que es amor. Como familia y casa de Dios debemos realizar en el mundo la caridad de Dios y ser así, con la fuerza que viene de la fe, lugar y signo de su presencia. Oremos al Señor para que nos conceda ser cada vez más su Iglesia, su Cuerpo, el lugar de la presencia de su caridad en este mundo nuestro y en nuestra historia.

[Al final de la audiencia, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En español, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:

La Iglesia es uno de los temas fundamentales de la enseñanza de san Pablo. Su primer contacto con el cristianismo fue antes de su conversión, como perseguidor de la comunidad de creyentes, a causa de la imposibilidad de conciliar con el judaísmo la fe de los discípulos en la persona del Hijo de Dios y su papel como salvador del hombre. Pablo, usando el término griego ekklēsía, que implica la idea de una asamblea convocada por una llamada, destaca el valor fundamental y fundante que para la Iglesia tiene Jesucristo y la "palabra" que lo anuncia. El misterio pascual es el centro de la predicación del Apóstol, orientada además a implantar una comunidad de creyentes en Jesús. El concepto exclusivamente paulino de la Iglesia como "Cuerpo de Cristo", supone una identificación mística con Cristo que se refleja también en la dimensión institucional de la Iglesia, en la que los diversos ministerios y carismas se han de ejercer en relación con los responsables de la comunidad. Con el término "templo de Dios" le atribuye a la Iglesia las características de pureza y separación propias del edificio sagrado, al mismo tiempo que se aplica a una comunidad viva de fe el concepto de un espacio material lleno de presencia divina. En cambio, con la expresión "casa de Dios" se refiere a la Iglesia como estructura comunitaria de afectuosas relaciones interpersonales de carácter familiar.

Saludo cordialmente a los visitantes de lengua española. En particular, a los peregrinos y grupos parroquiales venidos de Argentina, Costa Rica, Ecuador, España, México y de otros países latinoamericanos. Que la enseñanza del Apóstol san Pablo nos ayude a comprender mejor el misterio de la Iglesia, así como a amarla y cooperar responsablemente en su edificación. Que Dios os bendiga.

[Traducción del italiano por Inma Álvarez]

Jesús, nacido de una Mujer, sujeto a la Ley

Con San Pablo a Cristo
.
Éste es el único texto de Pablo, alusivo a María, de la cual ha nacido Jesús. Pablo lo hace para recordarnos que habiéndose Jesús encarnado históricamente, pudimos recibr la adopción de hijos.

“Así también nosotros, cuando éramos menores de edad, estábamos sometidos a los elementos del mundo.
Pero cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.
Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios”. (Gálatas 4,3-7)

Con los saludos y oraciones del P. Benito Spoletini, ssp

Consigna: Me iré familiarizando con el Padre Dios, rezando con cariño el “Padre nuestro”

Fundador y Misionero

Camino a Damasco

se encontró con Cristo
que lo transformó
en fogoso y fiel discípulo.
Fue constante pregonero,
a tiempo y a destiempo,
testimoniando la Resurrección,
anunciando que la fe
nos da la salvación.

De acción evangelizadora
en todo tiempo y a toda hora,
edificó la primitiva Iglesia
por los apóstoles cimentada,
renunciando a sí mismo,
placeres, ambiciones,
poniendo a su servicio
sus innumerables dones...

Apóstol Pablo
que los laicos y sacerdotes
tu tarea podamos continuar
poniendo a la Iglesia
en primer lugar,
y que por nuestro testimonio
crezca sin cesar.

Etelvina Gimenez