jueves, 23 de abril de 2009

Pablo

En la ciudad de las siete colinas,

la cabeza de Pablo rodó por tierra dando tres brincos,
construyó tres fuentes:
la fuente de la Fe, “sé en quien he creído”,
de la Esperanza, porque “nada puede separarme de Cristo”
y la del Amor,
“ya no soy yo quien vive sino es Cristo quien vive en mí”.
Pablo es el hombre de los viajes, por mar y por tierra,

valiente y sin fronteras,
el que apela al César porque es ciudadano romano,
el que se considera como “un aborto”
porque es el último de los apóstoles,
el que luchó por la unidad de la Iglesia,
el que fue elevado al tercer cielo,
"si hemos muerto por Cristo, viviremos con él",
Y el que se gana el pan haciendo carpas con lonas.
Ayúnanos a vivir el Evangelio

y poder decir
“todo lo puedo en aquél que me conforta”

María del Carmen Latorre

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ma.del Carmen, buenisima tu reflexion, especialmente para mi que soy gran admiradora del Apostol!



ETELVINA

Anónimo dijo...

QUERIDA MARÍA DEL CARMEN: ME ENCANTÓ COMO EN TAN CORTO ESPACIO, PUDISTE MOSTRARNOS LA VIDA DEL APOSTOL. QUE EL TE BENDIGA Y TE DE VIDA SANTA. CON CARIÑOS.
ELSA LORENCES de LLANEZA